Si en invierno, su función principal es evitar la congelación del agua del circuito de refrigeración.

En verano, también es muy importante porque su función se realiza en el circuito que refrigera el motor, por esa razón se llama refrigerante, éste se encarga de controlar la temperatura del motor, que transfiere el calor al exterior evitando que el líquido entre en ebullición, reduce la evaporación, controlando la temperatura del motor y evitando el sobrecalentamiento, además de servir como lubricante,  protegiendo el circuito de la cavitación de una corrosión que se produce al formarse burbujas de gas, impidiendo el contacto directo del metal con el líquido refrigerante,

Muy importante mantener el nivel de líquido de refrigeración y vigilar, que el nivel de anticongelante en su correspondiente depósito esté siempre entre el máximo y el mínimo (viene indicado en el mismo depósito). Si se detecta, después de usar el coche que ha bajado el nivel tendrá que revisarlo, puede ser normal que el anticongelante se evapore un poco, pero si hay grandes pérdidas es posible que exista un problema en alguno de los manguitos o en el radiador.

NO UTILIZAR AGUA en lugar de anticongelante, ya que el agua solo genera aumento de temperatura, además se evapora y contiene sales, lo que provoca corrosión en las partes del motor.

NO MEZCLAR ANTICONGELANTES, se debe retirar todo el líquido refrigerante, sin embargo, si únicamente se va a rellenar el contenedor, se debe utilizar el mismo tipo y marca de anticongelante que trae el vehículo; ya que cada marca y tipo de anticongelante (orgánico e inorgánico), cuenta con diferentes niveles de mezclas y diluyentes. Al mezclarse uno con otro, el líquido anticongelante se degrada, perdiendo las propiedades con las que cuentan cada uno de ellos.

Sustituir el anticongelante: cada 2 años o cada 30.000 kilómetros ya que en ese tiempo el líquido ha perdido ciertas cualidades, como los anticorrosivos.